lunes, 17 de febrero de 2014

¿Fenomeno Punktrail? Efecto Punktrail

He salido hace un rato de la ducha donde, después de rascar un buen rato, he conseguido arrancar la última traza del sello que yo y otros quinientos locos recibimos al dar por finalizada la primera Punktrail de esta temporada. Castellbell i El Vilar nos recibió con un tiempo increíble, una temperatura envidiable y un recorrido tremendo. La fiesta dejó como siempre un gran sabor de boca, y claro está que habrá que darse prisa para ser de los afortunados que consiga una plaza para la próxima (el 23/3 en Sallent, el cuartel general Koala).



Cualquiera que escuche de que va la historia, como la gente se agolpa para conseguir una plaza o lo bien que habla el personal tras pasarse una mañana dejándose las piernas en la comarca del Bàges podría firmar una pieza hablando del "fenómeno Punktrail". No por calificarlo, como bien lo define la RAE, por una cosa "extraordinaria y sorprendente", sino por el hecho de que se vuelva de repente "la cursa a hacer". Tendríamos a los gurús de las revistas o los medios volcados, mirando como esa pequeña aldea de irreductibles corredores ha conseguido crear de la nada una iniciativa pionera. Y detrás de ellos, vendrían los que le vean una posibilidad mercantil al tema. Por suerte, todavía las Punktrail no son un fenómeno: es cierto que tenemos gente que se apunta y no va, pero del mismo modo hay quienes se acercan hasta allí sólo para ver si ha quedado una plaza libre. No hay grandes recortadores ni gente que comercie con dorsales, ni tan siquiera corredores que no se enteran de que va la cosa y arrasan con todo. Y lo mejor de todo es que los organizadores no tienen ni ganas de meterse en aventuras mayores.


Tuve la suerte de estar charlando con alguno de los que están preparando la Punktrail de Sallent: tipos que hace tres años tiraron al monte al grito de "que n'aprenguin"y que hoy no van vestidos de traje ni enciéndose puros con billetes de 500. Como mucho, les verás vestidos de pitufo o de la abeja Maya en un avituallamiento tras una subida rompepiernas. Una vez confirmado que veremos algunos cambios con respecto al recorrido del año anterior, charlamos sobre lo que ha dado de si en estos años el concepto y, al final, terminé descubriendo que lo que de verdad marcará un éxito mayor de las Punktrail es el efecto que ellas tengan en el resto de corredores, clubes y organizadores. Para parir en su momento la idea no hicieron falta mas que ganas de sacarlo adelante, empuje para conseguir los patrocinadores que ayudan a que la cursa pueda hacerse y pensar en cosas que atraigan a la gente: nadie puede negar que lo que funcionó entonces no pueda funcionar ahora. Es mas, ni siquiera hay que usar la marca Punktrail ni organizarla en las faldas de Montserrat.

¿Por que no una ArankoTrail en Sant Feliu?, ¿O una JeviTrail en Santa Coloma (Gramenet, Cervelló, Farners...me da igual)?, ¿O un PorLaJeTrail en Madrid, Asturias o Andalucía? Descubrimos charlando con ellos que las siete cursas que se organizarán esta temporada no son ni mucho menos las únicas: ha habido quien se ha acercado al movimiento Punktrail buscando ampliar el calendario y se les ha dicho que no. No por querer asegurar una marca, ni evitar que un nombre se manche por un organizador que quiere sacar un beneficio de toda esta historia: se hace para que la gente pueda descubrir que puede hacer, que no tienes porqué ir a que te den todo hecho y que si el DIY está de moda para hacer mantitas o punto de cruz, nada impide que se imponga la misma filosofía para el atletismo popular. Que ese "que n'aprenguin" se convierta en un "aprenem": que compartamos nuestras rutas, ese corriol que tanto nos gusta o una cervecita fresquita al final de una tirada (o al principio, o en medio... ¿por que renunciar a la cerveza en cursa?). Que, en definitiva, el Efecto Punktrail sea la manera de entender las cosas y no un oasis en medio del mercantilismo atlético.

2 comentarios: